El riego constante es la clave para garantizar que el césped nuevo pueda desarrollar raíces fuertes. Durante el primer par de semanas después de la instalación, cada sesión de riego debe durar aproximadamente 15-20 minutos como mínimo dos veces al día. Su césped debe regarse lo suficiente para garantizar que la humedad esté siempre presente durante al menos dos semanas después de la instalación, y debe continuar regándolo durante dos semanas más para evitar que se seque.